Pero lo cierto es que nuestras vidas para crecer como personas y para que nuestra fe crezca, se desarrolle y se fortalezca necesita pasar por periodos de crisis de todo tipo, económicas, espirituales, familiares, laborales, etc. etc.
Llegamos por tanto a poder afirmar que las crisis aunque las tememos, nos son necesarias. El mismo Apóstol Pablo pasó por muchas crisis a lo largo de su vida. Estuvo preso en Roma, apedreado en Listra , fue victima de un naufragio, soportó una enfermedad, etc.
Leyendo la Palabra de Dios llegamos a la conclusión que las crisis forman parte del Plan de Dios para cada uno de sus hijos. Ahora bién. ¿Cómo debemos afrontarlas?..