Un principio psicológico llamado “fugacidad emocional” dice que todas las emociones pasan. El momento más lindo vivido a las dos, tres o cuatro horas ya es un recuerdo.
Las emociones pasan, nada es para siempre.
Lo bueno y lo malo también pasa, por eso debemos levantarnos rápidamente.
David llora.
David se bajoneaba y a los tres versículos estaba de pie, hablando las promesas que lo auto-motivaban.
A cada emoción, una promesa.
O sea, David lloraba y a los cinco minutos estaba contento.
Todos los salmos son así: llora, entra en desesperación y más adelante se anima con una palabra, se automotivaba.
¡Levántate rápidamente con una promesa de Dios!
Porque “parecen espirituales” pero son erróneas.
Las frases correctas son: “Voy a triunfar” o “No voy a triunfar”, porque son verdaderas las dos y se harán realidad cuando lo crees...
Promesa es declarar el cuadro completo en tu vida y lo que Dios te prometió, lo cumplirá.
2- Cuestionar todo lo difícil.
No cuestiones lo bueno: “Es muy difícil”, “Y nadie lo hizo aún, “Estoy vieja”, “Gorda”, “Es que soy nuevita y no conozco la Biblia”, “A mí nadie me amó y no valgo nada”.
Lo que todos piensan de algo crea una atmósfera; no te metas en la atmósfera y cuestioná todo; no te dejes contaminar por la atmósfera de lo que la gente habla.
-Goliat durante cuarenta días dijo: “Vengan que los mataré.” Todo el pueblo estaba contaminado por lo que Goliat decía y se creó una atmósfera de miedo, de que era difícil enfrentar al gigante. Pero David no estaba contaminado por esa atmósfera y, cuando lo escuchó, reaccionó a su provocación.
-Cuando Jesús fue a sanar a la hija de Jairo, estaban todos llorando en la habitación y los sacó afuera, para que no contaminaran la atmósfera del milagro que iba a hacer.
Salir de la atmósfera y cuestionar lo que me han dicho (y me digo) que es difícil.
Cuando los españoles llegaron a colonizar América dijeron que soñar era ambición, por eso heredamos una religión que no sueña y cuando alguien tiene metas dice: “¡Qué es ambicioso!” Cuando alguien quiere ganar más, multiplicarse, dice: “¿Dónde está la humildad? ¿Por qué no das gracias a Dios por lo que tenés? Sos ambicioso y eso es pecado.”
Lo que no crece, se estanca y no produce, tiene que ser cuestionado.
Cuestioná lo que no da resultado, los ritos, las oraciones sin sentido.
Por ejemplo: “Estoy orando hace cuarenta años” (¿Cuarenta años y todavía Dios no respondió?) “No importa, pero seguiré orando.”
¡Cambiá la manera de orar!
Supervisar todo lo que haces y decís.
En Prov. 24 Salomón dice: Pasé por la viña de un hombre vago y habían crecido los espinos.
Si no estás encima de tu matrimonio, de tu vida espiritual, crecerán espinos.
Mucha gente no cuidó su vida espiritual, su oración, su adoración, la lectura de la Palabra, muchos padres no cuidaron a sus hijos (todos los días debés que estar encima de ellos) y crecieron espinos.
Si no estamos encima nunca nos motivaremos.
4- Presión a más.
Una persona que vive presionada interiormente está auto-motivada.
Una presión saludable es dar un poco más, hacerlo mejor: “Puedo más”, “Voy por más.”
Mejorá, llevá una agenda. Debemos deshacernos de todo lo viejo, de lo que no sirve, de lo roto. Entre comprar una bebida de dos litros y tres jugos “XX” preferí la bebida.
Dejá de opinar como un mediocre, no hables en “chiquito” sino en grande.
No hagas chismes, es una bajeza tanto hablar como oírlos.
Dejá de lado la viveza criolla de sacar tajada, Dios nunca respalda a esa gente, porque le irá bien por un tiempo pero, si Dios no lo acompaña, nunca llegará a la cima.
Superá la calidad de tus pensamientos, tu capacidad de hablar; mejorá como líder, como discípulo, tus notas, tu físico, tu ropa.
¡Podés ir un poco más! Y alcanzar el destino de los sueños que Dios puso en tu corazón.
Mefi boset, vivía lisiado, en un lugar sin palabras, pero le esperaba Jerusalén y el palacio del rey para que vivir como un príncipe. ¡Esa es tu herencia!
5- Tener pequeñas cosas nuevas.
Cuando reímos, estamos felices, liberamos “endorfina”, una sustancia que adormece, relaja y da sensación de paz.
La música, los colores, las cosas nuevas nos motivan.
Estar lleno del Espíritu Santo auto-motiva.
David le dio a Mefi boset:
David le dijo: “Las tierras de tu abuelo volverán a tus manos.”
Cuando una persona se mueve por el Espíritu de Dios, está obedeciendo la orden del rey cuando lo llama, y recibirá todo lo que el diablo le robó desde sus abuelos; todo lo que Dios le prometió y pactó con su familia volverá a sus manos, activándolo hasta su descendencia.
La persona motivada recupera todo lo perdido.
Cuando Mefi boset se presentó a David le dijo: “Señor tu eres rey, yo soy un perro muerto”.
¿Por qué le dijo “perro muerto”?
Y David le dijo: Te sentarás todos los días a mi mesa.
Alguien que se mueve y obedece la orden del rey, deja de ser un muerto para ser un príncipe entre los príncipes.
Treinta y seis sembrarán y cosecharán, traerán treinta y seis puertas bendiciones, conexiones de oro, negocios maravillosos porque,
Cuando Dios te da, será por treinta y seis que trabajarán para vos, y están esperando que te pongas en movimiento y obedezcas al rey.
Le dijo: “Sáquenlo de Lo Debar, -sin palabras- está lisiado, sin motivación, muerto, sin movimiento, sin nada. Tráiganlo porque se va a sentar con los reyes, le devolveré las tierras, treinta y seis trabajarán para él, pero se quedará viviendo en Jerusalén”
Te sacará de la tierra de la nada para llevarte a festejar por siempre y para siempre con él!
Pastor Bernardo Stamateas
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