Muchas veces creemos que debemos estar bien para buscarle o entregar nuestra vida completamente al Él, por temor a ser rechazados o avergonzados, por el estado de nuestra vida. Luchamos todos los días, por arreglar algo de nuestro interior, y lo que logramos es coleccionar fracasos día tras día; pero cada vez con menos fuerza, por que ya no la tenemos.
¿Cuando traes a un zapatero un zapato, cuando está sin estrenar o cuando está roto, sin tapas, y deforme?. ¿Que harías tu si fueras un zapatero y te traen un zapato nuevo?, no tendrías que hacer nada, no tendrías trabajo. Pero si te traen un zapato que da lastima, tendrías trabajo, y sería un honor ver ese zapato tomando forma nuevamente. No te importaría lo roto, mal oliente, ni usado que esté, solamente que necesita ser reparado...
Así es con el Señor, a Él no le importa tu condición, Él ve el trabajo que tiene que hacer en tí. No importa el estado en que te encuentres, HOY hay oportunidad para ti, solo trae ante su Presencia tu Corazón, y permite que Él lo repare como debe ser; no como tu quieres y en la forma que tu decides; sino como Él ya lo determinó. ¿Cómo hacer esto? A SOLAS CON ÉL, búscale aunque no tengas nada que decir, escoge tu el momento y se sincero con Él.
“¿Con qué limpiará el joven su camino? CON GUARDAR SU PALABRA” Salmo:119:9
Zulema Fierro
No hay comentarios:
Publicar un comentario